TRADICIONES
Y COSTUMBRES
(Algunas todavía en uso, otras, lamentablemente, con el paso del
tiempo y las modas, se han perdido).
NAVIDADES-
En la celebración de las fiestas de Navidad era
obligado preparar el belén. Se instalaba en lo que era el Centro Parroquial o
en un lugar de la misma iglesia. Chicas
y chicos ayudábamos en su realización bajo la atenta mirada del Párroco. Se
sacaban las figuritas de la caja o arcón
donde habían estado guardados desde del año anterior, se limpiaban del
polvo y se iban distribuyendo por la mesa-escenario que se preparaba con cuatro
tablas viejas. Cortezas de árbol, musgo y papel de plata eran elementos que no
podían faltar, igualmente que un lienzo grande azul, dibujado de estrellas, que
haría de cielo.
Algunos años, en el pórtico de la iglesia, se
hacía un belén viviente con su Virgen María, San José y Niño, personajes
interpretados por jóvenes del pueblo, previa selección. Lo del Niño era difícil
de encontrar y dada la estación del año y las temperaturas a soportar en la
intemperie, se solucionaba el asunto tomando prestada la imagen de un Niño
Jesús con su cuna, y de tamaño casi humano, que la iglesia tenía. La gente
pasaba ante la escena, se arrodillaba, besaba los pies del Niño y ofrecía una
limosna.
El menú tradicional de la cena de Nochebuena era
el cardo, el besugo, la compota de frutas y orejones, y el turrón. Gozaba de gran fama un turrón de guirlache
que hacía un pastelero de Estella, poniéndole cacahuetes en lugar de almendras,
rociaba con miel y envolvía en dos láminas de barquillo blanco. Por supuesto
que aparte de ser riquísimo era más barato de precio y si lo calentabas un poco
se ablandaba y retorcía. De esta manera, nuestros mayores, ya sin dientes,
podían disfrutar del dulce.
El 24 de diciembre, víspera de Navidad, después
de la cena de Nochebuena, y alrededor de las doce, se asistía a La “Misa de
Gallo” que era muy concurrida.
Para la víspera de la
festividad de Reyes, 5 de enero, se preparaba una cabalgata con sus tres reyes,
los caballos, los pajes, todo el cortejo y sus correspondientes disfraces. Si el tiempo lo permitía se recorrían otros pueblos del valle. Se
daban caramelos a los niños y se visitaba la casa de algún anciano, impedido o
enfermo que se veía muy honrado de ser visitado por unos reyes de fantasía.
Igualmente
para estas fechas se solía preparar una representación teatral de un acto
histórico o de alguna comedia sencilla. Le llamábamos “las comedias” y
participaba todo aquel que le apetecía y que diera un poco con el “papel” a
interpretar. La dirección corría a cargo del Sr. Cura y de otras gentes que les
iba el tema y que le ayudaban en los ensayos, en la confección de la ropa,
decorados y demás. Se hacían en locales o bajeras amplias, como: la escuela, el
corral de Elías, el corral del “Jalisco”, el garaje de “las Cocheras”.
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