jueves, 26 de mayo de 2011

Tradiciones y costumbres, página 6



SEMANA SANTA- El fervor religioso se manifestaba en estas fechas de una manera muy peculiar. Antes de que diera comienzo la Semana Santa, el párroco del pueblo organizaba unos “ejercicios espirituales”  con reconocidos oradores y confesores. Las imágenes de la iglesia se tapaban con un paño negro o morado desde el viernes santo al domingo de resurrección en que se descubrían. Cuentan los mayores que hubo un tiempo en que se preparaba lo que se daba en llamar “el monumento”, que era ni más ni menos que un tablado vertical que colgaba con una soga desde el techo o el tejado, a modo de cortina y que tapaba todo el frente del altar.

Esos días no se tocaban las campanas. Para anunciar los oficios se usaban las llamadas ca“carracas” o “carraclas”, instrumentos de percusión consistentes en una caja de madera, un cilindro giratorio con dientes o clavijas y unos mazos que golpeaban la caja. Los niños se paseaban por el pueblo tocándolas y armando buen estruendo. Dentro de la iglesia, las campanillas, también eran sustituidas por estos armatostes.

LA BULA-  Era la dispensa que por escrito, y previo pago de una pequeña cantidad, concedía el Sr. Cura Párroco a las personas que estaban enfermas o delicadas para poder comer carne en la Cuaresma.










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